“La regla duele” y otros mitos. Día mundial de la endometriosis.
La regla (a veces) duele, sí. ¿Es lo normal? No. Lo normal es que una mujer pueda desempeñar sus quehaceres habituales y llevar a cabo su vida diaria sin tener el impedimento de tener la regla con todos sus síntomas. La endometriosis genera que millones de mujeres no puedan levantarse de la cama, tengan que someterse a complejas cirugías que no garantizan una mejoría, y corren el riesgo de padecer infertilidad y otras complicaciones graves.
El ciclo menstrual es complejo, lleno de peculiaridades, con secretos por desvelar y detalles por conocer. Durante siglos se han transmitido mitos, falacias, se ha relacionado a la menstruación con brujería y con el Anticristo. Una vez que empezamos a dejar la insensatez atrás, damos pie a la ciencia y al hablar con propiedad; de todos modos, hay quien sigue dando por sentado que lo lógico es que un ciclo menstrual deba ser molesto, incluso resultar un impedimento. Sea quien sea que siga con esta creencia, ha de formatearla y entender que lo correcto es que una mujer pueda desarrollar su vida con normalidad mientras menstrua, puesto que es un proceso natural con el que una mujer adulta y sana debe convivir.
Millones de mujeres han crecido pensando que es normal tener dolores menstruales, tanto como antes, durante y después del periodo. En algunos casos, son apenas imperceptibles; en otros, tolerables… en otros, totalmente incapacitantes.
¿Qué es el endometrio?
El endometrio es una capa interna que se encuentra dentro del útero. Durante cada ciclo menstrual, dicha capa irá cambiando de tamaño debido a los cambios hormonales, llegándose a engrosar lo suficiente como para convertirse en un posible “nido” en el caso de que un óvulo sea fecundado; se prepara para que un embrión se implante. En el caso de que no se produzca fecundación alguna, el endometrio se desprenderá y se expulsará junto con el sangrado menstrual.
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una condición en la cual un tejido similar al endometrio se encuentra fuera del útero. Lo más habitual es que se encuentre en los ovarios, vejiga o trompas de Falopio, pero hay casos en los que se ha podido encontrar en intestinos, e incluso en los pulmones (en casos muy raros). Al encontrarse este tejido en un sitio en el que no debería estar, induce a una inflamación crónica que acaba resultando en tejido cicatricial. Esta inflamación lleva a un sangrado puesto que el endometrio es un tejido que, de por sí, sangra, como cuando ocurre con el ciclo menstrual habitual.
¿Cuántas mujeres la sufren?
Actualmente se estima que 1 de cada 10 mujeres de entre 15 y 50 años de edad sufren endometriosis (durante sus años reproductivos). Aproximadamente, hablamos de la friolera de 190 millones de mujeres en todo el mundo, aunque podrían ser más.
Si bien se tiene la creencia de que la endometriosis debería parar una vez se inicia la menopausia, se dan muchos casos en los que el malestar continúa puesto que dependerá del tejido cicatricial residual.
¿Qué síntomas presenta?
Desde menstruaciones muy dolorosas (dismenorrea) y/o con sangrado muy abundante, a vómitos durante la menstruación, pérdidas de conocimiento, dolor pélvico crónico, fatiga, dolor al mantener relaciones sexuales (dispareunia)... hasta infertilidad.
Si tantas mujeres la sufren, es fácil de diagnosticar, ¿no?
La respuesta les sorprenderá: se tarda entre siete y diez años en diagnosticar a una mujer que sufre de endometriosis. En muchas ocasiones, se detecta una vez la mujer no consigue quedarse embarazada de forma natural y debe recurrir a tratamientos de reproducción asistida, siendo durante o tras éstos, cuando el médico especialista puede llegar a diagnosticarla.
En muchos casos los síntomas de la endometriosis inician junto al primer periodo menstrual, dando pie a que quien lo sufre se habitúe y dé por hecho que es normal para ella misma.
La falta de conocimiento y concientización tanto por mujeres como por profesionales, generan que en más de una ocasión un ginecólogo indique que es normal que haya mujeres que tengan síntomas más fuertes que otras. La normalización y la relativización de los síntomas generan que se tarde años en estudiar en profundidad, cuando quizás se podría haber hecho un tratamiento con fármacos u operado a esa mujer, intentando ahorrarle años de dolor y malos tragos. Las causas también son desconocidas, fomentadas por especulaciones debido a la poca investigación entorno a esta enfermedad, pese a que se especula que podría llegar a tener relación con causas genéticas.
Pero… ¿hay una cura para la endometriosis?
Actualmente no existe una cura exacta, sino que se dispone de tratamientos farmacológicos que pueden mitigar los síntomas e incluso omitirlos, o bien proceder a cirugía laparoscópica que permita explorar la presencia de tejido endometrial, miomas o quistes de gran tamaño y proceder a su extracción. Esta cirugía se realiza en los casos de dolor físico extremo. Esta práctica puede no resultar efectiva en función de la complejidad del caso, y se pueden requerir más procedimientos quirúrgicos que pueden no resultar exitosos.
La solución más extrema y radical para casos muy graves es la histerectomía, que consiste en la extracción del útero, trompas de Falopio y ovarios (en ocasiones). Esta opción daría pie a una menopausia inmediata.
¿Qué se puede hacer?
Si tienes síntomas menstruales agudos, no dudes en acudir a tu ginecólogo. Si no quedas satisfecha con la respuesta, siempre puedes solicitar una segunda opinión. Si bien hay muy pocos expertos en la materia, cada vez hay más personal médico informado y poco a poco se van capacitando para poder ver más allá de un mero “dolor de regla”.