Qué esperar cuando no estás esperando.
La idea de tener un hijo en pareja emerge como un sueño conjunto que, tras charlas y reflexiones continuadas, acaban alineando a dos personas que deciden crear y criar juntos. Idealmente el proyecto familiar se debate y discute con anterioridad de forma concienciada y madura, llegando a la honesta conclusión de que la persona a quien se escoge para procrear es aquella adecuada y alineada con nosotras/os/es no solo como compañero/a/e de viaje, sino como la persona adecuada para educar a una personita.
En ocasiones, el “ponerse manos a la obra” implica un embarazo a los pocos intentos. En muchas otras, implica una espera que puede convertirse en algo que parece que nunca llega. ¿Qué hay que hacer cuando esto ocurre?
A día de hoy es habitual recurrir al doctor Google cuando notamos alguna anomalía física; “dolor en el lado izquierdo de la cabeza”; “comezón en los brazos”; “¿por qué tengo un bulto en la pierna?”, entre otros. Las respuestas siempre son variadas y, en ocasiones, alarmistas, puesto que muchas veces nos hemos encontrado con palabras mayores ante un síntoma que creíamos pequeño e insignificante. Por ello siempre es mejor consultar a un médico directamente, ya que podrá ahorrarnos la hipocondría que genera la repentina relación de un ligero dolor de cabeza con palabras como cáncer.
Como ya hemos comentado con anterioridad, el embarazo sigue siendo algo que damos por hecho.
Si usamos a doctor Google por un simple dolor de cabeza, ¿por qué no preguntarle también por qué no nos quedamos embarazadas tras seis meses de búsqueda? Las búsquedas que se realizan sobre este tema son millones; las respuestas que dan pie a confusiones; infinitas. Sin embargo, y por tentador que resulte, siempre es mejor ser paciente y hablar con un profesional de confianza que pueda dar con una respuesta adecuada para cada caso y (¿por qué no?) también tranquilizadora.
Cuando empieza la búsqueda de embarazo y… cuesta más de lo esperado.
Si el embarazo tarda algo más de lo esperado en llegar, no debe resultar preocupante de buenas a primeras. Puede ser que se deba solo a un mal timing entre los intentos y las fases menstruales, que la mujer acabe de dejar de tomar la píldora anticonceptiva y el desbalance hormonal tarde unos meses en restituirse, o puede deberse a que la ovulación no siempre tiene lugar cuando pensamos que lo hará, entre otros factores. El embarazo es complejo y no tan fácil como nos hacen creer desde muy jóvenes, puesto que una pareja sana tiene entre un 20% y 25% de probabilidades de conseguirlo al mes, siempre y cuando la mujer cuente con óvulos de buena calidad y el hombre con un esperma favorable. Las parejas que consiguen el embarazo a la primera existen, no son un mito, pero están muy lejos de la realidad de miles (millones, en realidad) de personas que deben intentarlo durante más tiempo de lo pensado.
Según la Asociación Americana de Medicina Reproductiva (ASRM), el 30% de las parejas conseguirán la concepción natural durante el primer mes, el 75% durante los seis primeros meses, y el 90% a lo largo de un año.
¿Por qué se puede complicar la búsqueda del embarazo?
Los motivos por los cuales se puedan presentar dificultades a la hora de concebir pueden estar relacionadas tanto con el hombre como con la mujer (representando cada género un 50% de las causas de infertilidad), contrariamente a la creencia general de que la gran responsabilidad siempre es de las mujeres. Algunas de las causas más habituales y que no se pueden conocer a no ser que se hagan estudios específicos, son:
En mujeres…
Trastornos ovulatorios tales como el síndrome de ovario poliquístico
La endometriosis (sobre la cual podéis leer más clicando aquí), puede afectar a la fertilidad
Obstrucciones en las trompas de Falopio, dificultando el encuentro del óvulo con el espermatozoide
Anomalías en el útero
Edad avanzada
En hombres…
Problemas de calidad espermática: bajo recuento espermático (oligospermia), disminución en la movilidad de espermatozoides (astenozoospermia), malformaciones en su estructura (teratozoospermia), o… un mix de todas las anteriores (oligoastenoteratozoospermia)
Varicocele (dilatación de las venas en el escroto), obstrucción del conducto deferente que transporta los espermatozoides
Desequilibrios hormonales que afecten a la producción espermática
Enfermedades o infecciones que acaben alterando a la calidad del esperma
Edad avanzada (también en hombres, sí)
¿Cuándo pensar en buscar ayuda?
Si pasan algunos meses y aún se presenta el recordatorio mensual femenino, lo mejor es ser paciente y saber esperar (aunque sabemos que cuesta). De todos modos, dejarlo pasar como si nada tampoco es la mejor opción, ya que las estadísticas anteriormente presentadas son las que deberían indicar lo que está dentro de la normalidad. Si una pareja en la cual la mujer es menor de 35 años lleva más de un año intentando concebir, es entonces cuando llega el momento de ver a un especialista. Si se es mayor de 35 años, es mejor consultar tras seis meses intentándolo.
Muchas veces la idea de ir al médico por algo que se supone que es normal y natural da pereza, despierta sentimientos negativos y una sensación de rechazo instantánea, pero las consecuencias de no ir a tiempo pueden acarrear complicaciones e incluso tratamiento de reproducción asistida. A largo plazo, resultan más costosos a nivel económico de lo que podrían haber sido en un nivel inicial, y también más complejos no solo física, sino emocionalmente.
Es importante ser consciente de las posibilidades, de manera que la información permita ser proactivo y actuar a tiempo en caso de notar que el embarazo no llega en un tiempo considerado prudente. Con el soporte y el apoyo adecuado, se pueden aumentar las posibilidades de conseguir el embarazo, siempre confiando en el equipo especialista de confianza.